sábado, 26 de febrero de 2011

Despedida

Es de mañana, y estoy en la sala de estar de una casa, desconocida para mí, pero familiar para mi amiga C, que está ahí conmigo. Estamos sentadas en un sillón grande, perpendicular a una ventana por la que entra el sol. Tengo pena, tengo un nudo en la garganta. Amo estar con mi amiga, y sé que se va a ir de viaje de nuevo. Su visita a Chile es breve, y me cuenta que está preparando todo para irse a Maryland (ahora, en la vida real, ella está en Canadá). La veo contenta con este viaje, asumida de su vida nómade, un rato allá, un rato acá. Pero yo tengo tristeza. Quisiera estar tranquila con ella un rato para conversar largo y tendido, pero a cada rato aparece mi tía para interrumpirnos. Me molesta, siento que su intromisión es intencional. Trato de quedarme con C. todo el más rato que puedo, pero la despedida es inminente. Ella sonríe divertida de mi pena, no con burla, sino tratando de que yo me ría, reírnos de mi emotividad. Puedo sonreírle.... pero por dentro me duele una gran certeza, una que sé, ni ella ni nadie podrá entenderla a cabalidad. Me siento tremendamente sola, y su viaje representa para mí un recordatorio, de que tarde o temprano, todos de algún modo se van, así como yo también me he ido. La abrazo fuerte, con ganas de que mis brazos sean cadenas, pero sé que mi cariño debe partir por dejarla irse. Y lloro, lloro amargamente, tanto, que despierto con los ojos mojados.

jueves, 17 de febrero de 2011

De cámaras y malestares en la calle

Es de día, de hecho es temprano en la mañana. Voy caminando con mi pololo, R., por un paseo peatonal, hay construcciones antiguas a nuestro alrededor, bastante gente, una pileta, bancos para sentarse. De hecho, nos sentamos en uno, pero hay alguien entremedio nuestro, un hombre alto, moreno, joven, con una mirada que no me agrada, es algo irónica, sabe que con R. queremos estar sentados uno al lado del otro y él se queda al medio, por molestar. De hecho, para poder hablar, tenemos que inclinarnos hacia adelante, o hacia atrás, sino no nos podemos ver. R. me pasa una cámara de fotos, y me pide que le tome una foto.Me doy cuenta que en mis manos también tengo una cámara, mi cámara, de hecho, la única que manejamos en casa. ´¿De dónde sacó la que me está pasando? Además me la pasa al revés, como si fuera a tomarse una foto a sí mismo. Parece que es su Iphone chinito el que me está pasando. Tomo la cámara, y me doy cuenta que no es el teléfono de R., sino la cámara de mi amiga P. Me da risa, pienso en lo despistada que es, dejar su amada cámara abandonada en el banco de la avenida. Le digo a R. que se acerque a P. (recién puedo verla de espaldas), y que le muestre la cámara accidentalmente, para que se dé cuenta que la tenemos nosotros. Lo hace, pero de pronto, la cara de R. se desfigura, en una mueca de malestar. Me levanto del banco donde estoy sentada, y me acerco a él, le pregunto qué le pasa, veo que se siente mal, me mira... de una manera muy intensa, con unos ojos como vacios, pero penetrantes a la vez (ojo: cuando sueño, suelo percibir ese tipo de miradas, que no son naturales, y en ese momento por lo general me doy cuenta que estoy soñando, de hecho en este sueño, al ver esa mirada, lo sospeché). Me acerco más, y lo veo entrar a una especie de baño que hay en la calle, deja la puerta entreabierta. Me asomo, y lo veo echándose un chorro de jabón líquido en la boca, luego lo escupe, en ese momento pienso que lo que intenta es provocarse vómitos. Me asusto, pero su imagen empieza a desvanecerse..... desperté.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Una deuda pendiente

Siempre he sido buena para soñar. Tanto dormida como despierta, tengo un estilo muy visual para pensar, crear y recrear mi vida. Inclusive en mi trabajo, me ayudan mucho los dibujitos y esquemas a la hora de sumergirme en las terapias, y no es infrecuente que imagine a mis clientes asumiendo roles, papeles, muy bien caracterizados, por ejemplo, en una terapia con señora x no podía evitar imaginarla tragándose, sí, literalmente tragándose a su madre en una cierta etapa de su vida. Era una imagen invasiva, a la que en principio trataba de disolver, hasta que decidí usarla como recurso, lo cual ayudó a favorecer un poderoso insight, y por ende, una poderoso aprendizaje a la paciente.

Mis sueños son hermosos y también horrorosos. Son en colores, siempre en colores, con conversaciones (aunque cuando me toca a mí hablar, generalmente despierto, por el esfuerzo real de mis cuerdas vocales de pronunciar palabras estando dormida). Hay veces en que intento escapar de sueños intensos, pero despertar no me es tan fácil, sobretodo si estoy durmiendo de espaldas. Suelo soñar con gente conocida,  y lugares familiares. En ocasiones, aparecen en mis sueños frases, canciones, imágenes, incluso producciones tales como amigurumis o dibujos tan nítidos, que intento capturarlos en el momento que despierto, escribiendo o apuntando en el primer papel que pille a mano (el cual es frecuente que después se me pierda con facilidad). También en mis sueños he tenido diálogos muy sanadores, cierres de etapas, en fin, infinidad de experiencias que siento, merecen un espacio de mayor valor y consciencia en mi vida. Por eso digo que es una deuda pendiente conmigo misma, esto de poner mis sueños a disposición de mi vida, de mi aprendizaje. Creo que en ellos existen asideros sanadores y poderosos, sabios, humildes y generosos, listos para ser aprehendidos de manera amorosa y agradecida, por el hecho de estar ahí, para cada uno de nosotros.
Trataré, en principio, de actualizar el blog de manera semanal, publicando los sueños que me hayan visitado. Como el sentido de este blog no es interpretar, analizar, ni crear teorías respecto de lo que sueño, los publicaré siguiendo un estilo Gestáltico, en primera persona, tiempo presente. Si me da el tiempo, tal vez me atreva a ilustrarlos, tejer algo relacionado (así avanzo con el tema del crochet que tengo bien botado), o bien, fotografiar (o buscar ilustraciones) que puedan recrear de alguna manera lo que vaya apareciendo. El tema del significado de los sueños, en mi opinión, es absolutamente personal, por lo que tampoco pretendo hacer un diccionario onírico o algo por el estilo. Las modificaciones que se vayan dando irán en directa relación con el sentido que este espacio cobre para mí, y para quienes quieran compartirlo conmigo.


Muchas gracias y bienvenid@s a seguirme en este paseo por mi almohada.